
No se sabe el mecanismo por el cual los melanocitos (células que dan color a la piel) proliferan en nidos y se disponen entre las capas de la piel (unión dermoepidérmica), generando lunares de diferentes características, planos o sobrelevados.
Todos lunares requieren un control una vez al año a realizarse con un dermatólogo.
Los controles deben ser más frecuentes en niños con:
• Muchos nevos melanocíticos
• Antecedentes de familiares con melanoma u otros cánceres de piel
• Enfermedades con predisposición a cáncer de piel ( xeroderma pigmentoso, albinismo)
• Nevos atípicos ( lunares que tienen más de un color, o bordes irregulares o son mayores a 6mm de diámetro)
Se debe consultar rápidamente ante la aparición de un nevo atípico, lunar de crecimiento rápido de tamaño o espesor, cambio de color brusco (que se oscurezca o se aclare), picazón o sangrado.
Los nevos se extraen cuando suman características atípicas (tamaño, varios colores o irregularidad en los bordes) o cuando se sospeche de malignidad.
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