Dermatología Oncológica
La dermatología oncológica es una especialidad centrada en el diagnóstico, tratamiento y prevención del cáncer de piel y las lesiones y condiciones precancerosas. Los dermatólogos están altamente capacitados para identificar y abordar enfermedades cutáneas malignas o potencialmente malignas, utilizando técnicas avanzadas como la dermatoscopia y la biopsia.
El tratamiento puede incluir desde las terapias médicas como la inmunoterapia o la quimioterapia tópica hasta la extirpación quirúrgica, según el tipo y estadio del cáncer.
Además, la especialidad se dedica a la educación y prevención, promoviendo hábitos saludables y exámenes regulares para detectar precozmente lesiones sospechosas.

Los tipos más comunes de tumores malignos de la piel son:
- Carcinoma basocelular
- Carcinoma Espinocelular
- Melanoma
- Carcinoma de Merkel
Además de los tumores malignos existen muchas lesiones beningas:
- Queratosis Seborreicas
- Nevos melanociticos
- Nevos epidermicos
- Fibromas/fubropapilomas
- Quiste de inclisión epidermica
- Lipomas
- Xantelasmas
- Hiperplasias sebaceas
- Siringomas
Y lesiones premalignas:
- Queratosis actínicas
- Queilitis actínica
- Enfermedad de Bowen
- Leucoplasia
Las posibles causas de problemas oncológicos en la piel suelen estar asociadas a:
- Exposición a los rayos ultravioletas y quemaduras solare
- Antecedentes familiares
- Fototipo (tono de piel)
- Exposición a sustancias químicas carcinógenas
- Radiación ionizante
- Inmunosupresión
- Antecedentes de quemaduras
- Infección por virus del papiloma humano (VPH)
Es importante destacar que la mayoría de los cánceres de piel son prevenibles mediante la protección solar adecuada y los hábitos de vida saludables. Se sabe que hoy que la detección temprana y la adopción de una terapeútica adecuada es la principal pauta de tratamiento, por lo que se destaca la importancia de los controles periódicos con tu dermatologo.
Las principales herramientas para que el cáncer de piel no se convierta en un problema son:
- Exámen físico adecuado
- Dermatoscopia digital (como herramienta que ayuda al examen físico)
- Videodermatoscopia (indicada sólo en algunos pacientes)
- Biopsia de piel
- Tratamiento (quimioterapia o inmunoterapia tópica, quirúrgico - cirugia convencional o cirugía de Mohs)
Es muy importante el control y seguimiento a largo plazo, de ahi la relevancia de controlar anualmente tu piel con un mismo dermatologo, lo que permitirá tratar a tiempo las lesiones y evitará cirugias innecesarias. Además, en caso de ser necesario, tu dermatólogo te guiará en la elección con el equipo de profesionales adecuados.